«Escribe de manera impersonal, así nadie notará tus debilidades y miedos» me aconsejaron; o quizás me lo aconsejé a mí misma, quién sabe.
Ante la duda, tantos días rondando el consejo en mi cabeza, preferí permanecer en silencio. Esa mudez a la que al final una se acostumbra, rellenándola de temas banales, palabras vacuas e imágenes captadas al vuelo pero que no dicen nada, sólo constatan el paso por algún lugar en concreto.
Y tanto te habitúas a tal situación que se vuelve una rutina cómoda, discreta, segura. La inspiración, viéndose rechazada por una presencia tan imponente se perdió voluntariamente, quizás entre los papeles y facturas de un cajón o en uno de las decenas de bolsos que aguardan a ser lucidos cuando la ocasión lo requiere.
Hay días en los que el silencio grita desde dentro. No importa, lo acallaré con un café y capas de ropa, que comienza a refrescar.
Hay dos tipos de silencio: el forzoso e incómodo, que te deja con una sensación amarga encima, y el voluntario, tranquilo y relajado, el que disfrutas tanto como las palabras y los momentos. Una etapa de silencio viene bien para observar tranquilamente, para pensar despacio, sin preocupaciones.
Me gusta el silencio tanto como la charla alegre, sobre todo cuando es paseando por un parque o yendo en bici sin bulla 🙂
Muchas gracias por tu comentario Sophie, y te pido disculpas por no haber contestado antes.
De hecho opino exactamente como tú. En muchas ocasiones es de agradecer un momento de silencio, tranquilo, pausado.
Un besazo.
No sé si es posible escribir de manera impersonal. O hacer fotos, o dibujar, o vivir de manera impersonal. Lo impersonal no va con las personas. Hasta un anuncio por palabras tiene un poquito de alma.
Desnudarse desde dentro es compartir lo que uno tiene, a veces para que te conozcan, otras también para que los demás se vean reconocidos en uno mismo, porque en esencia somos todos muy parecidos, aunque nos cueste creerlo.
Te leo a menudo, aunque desde hace poco tiempo. Y esta situación que se da en las redes sociales, de leer lo que dicen otros y no responder siquiera alguna vez, me parece un poco descortés. Así que, te dejo este breve comentario, como forma de darte las gracias por todas las cosas que tú compartes, que a mi me entretienen y que de alguna forma yo hago mías sin decirte a ti «ni mu» :o).
Un saludo!!
Ante todo, muchas gracias por tu comentario Migue, y sobre todo, por lanzarte a participar, interaccionar y no ser un mero espectador.
Es complicado responderte, te encuentras todo tipo de situaciones y personas; en muchas ocasiones se realizan escritos por ejemplo sin ganas o por encargo y suelen parecer bastante impersonales, ¿no crees?
Tu comentario me ha hecho pensar precisamente en un tema que me lleva rondando en la cabeza desde hace días; en breve escribiré algo al respecto y sabrás a qué me refiero.
Un abrazo 🙂