Sky is the limit


Fue una bonita ilusión mientras duró; una especie de espejismo acordado del que había que disfrutar a toda costa. El tiempo que se disponía era reducido.

Esa fugacidad produjo que afloraran todas las palabras, emociones y cuestiones que hacía tiempo se guardaban en algún recodo de la memoria; algunas de ellas vehementes y efusivas.

Parecía que se tuviera todo el tiempo del mundo por delante, que realmente aquellos minutos, incluso horas, hubieran producido algún cambio sustancial en la dinámica acaecida hasta el momento.

Pasaron los días, y poco a poco aquella impetuosidad se fue disipando, más rápidamente de lo que hubieran deseado, para transformarse en una tibia (casi fría) comunicación.

Y llegaron la época de los quizás:

– Quizás sea mejor así. Quizás es como debe ser. Quizás se vuelva a repetir. Quizás es mejor dejarle marchar…

Quién sabe… Sólo el cielo es el límite.

2 comentarios sobre “Sky is the limit

  1. Me ha recordado a un trocito de una canción de Sabina, que dice: «Lo atroz de la pasión es cuando pasa, cuando, al punto final de los finales, no le siguen dos puntos suspensivos…»

    Cómo sería nuestra existencia sin esos momentos de montaña rusa…
    Un abrazo, Pilar!

  2. ¡Ay Pilar! Nunca tenemos todo el tiempo del mundo. El presente ya es pasado y el futuro es presente cuando llega.
    Pero como dice Miguel, qué aburrido sería esto sin los vaivenes.
    De cualquier forma ¿por qué ponernos límites?¿por qué el cielo (como figura poética, preciosa)?
    ¿No has visto aún con tu peque Toy Story? ¡Hasta el infinito. Y más allá!
    Un beso.

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